Tras repasar todas las instantáneas, me quedo con esta foto de mi sobrina cogiendo una flor este verano, con una mano llena de belleza e inocencia. Esa mano me pareció especial, y por eso dedicí enfocarla, y dejar el rostro medio desenfocado en segundo plano.
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Y es que tender la mano a los demás, sea quien sea y en cualquier momento, sigue siendo, en mi experiencia, la mejor manera de asegurarse una vida agradable.