martes, 18 de agosto de 2009

LAS CORRIDAS DE TOROS


Hoy me he propuesto compartir con vosotros mi opinión, que por cierto tengo muy clara y estructurada, sobre un acto lúdico de carácter recreativo que en algunos ámbitos recibe el nombre de "Fiesta Nacional": LAS CORRIDAS DE TOROS.

Mi postura es claramente
contraria y de desaprobación. Me explicaré de manera sucinta y ordenada.
CRITERIO MAYOR #1: como médico, desapruebo que en un acto recreativo una de las atracciones sea que un
ser humano ponga en riesgo considerable su vida. Esta fascinación adrenérgica por el riesgo ajeno ya podía encontrase en la antigua Roma con los gladiadores. De hecho, cuando e
n una corrida de toros las astas del mismo no estás afiladas o están rotas, disminuyendo su peligrosidad, el público suele pedir el cambio de toro.

CRITERIO MAYOR #2: como animal racional, y por tanto animal que puebla al planeta tierra, y por respeto a los otros animales que anidan en nuestro medio, considero que está justificado dar muerte a otro animal para nuestra alimentación o para fines médicos con el fin lograr nuevos tratamientos que puedan ayudar a paliar el sufrimien
to humano. En ambos casos creo que se requiren dos condiciones: que no se haga un show de la muerte del animal y que se pongan los medios para evitar su sufrimiento. Por tanto, el hecho que la muerte de un toro ocurra en el contexto de un espectáculo recreativo y sin anestesia alguna me parece poco solidario con la naturaleza y por ello lo desapruebo enérgicamente. Mirad la foto en el que el torero se muestra orgulloso ante el momento justo de la muerte pública de un animal. La foto habla por sí misma.

COROLARIO #1: en algunas ocasiones mis contertulios han rebatido mi postura con dos argumentos: el toreo es en realidad un arte y además cuenta con una larga tradición. Sobre el arte, no dudo que haya componentes estéticos, pero desgraciadamente los dos criterios mayores son apriorísticos, y por tanto no permiten consideraciones estéticas a posteriori. Sobre lo de la tradición, una respuesta sencilla. Que un acto neutro (Ej. tomatina de Bunyol) o positivo (Ej. voluntariado en Africa) se realize durante muchos años le otorga un valor añadido. Por el contrario, la tradición no es óbice para que un acto negativo deba suspenderse. Al contrario, es un argumento más para no prolongar en el tiempo un acto o situación éticmente reprobables. No pondré ejemplos pues hay miles.

COROLARIO #2: respeto a las personas que apoyan o disfrutan con las corridas de toro, pero permitirme discrepar de manera razonada con vosotros. Os animo a que reflexioneis al respecto.

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