Lady Gaga

Ayer actuó Lady Gaga en Barcelona. Como era de esperar, barrió con un espectáculo colorista, dinámico, con sus clásicos toques freaky y, encima de todo, con pinceladas de buena música.

Lo he de reconocer sin tapujos. Su canción "Bad Romance" me parece extraordinaria. Luego vereis que es así. El otro día, en una cena seguida de bailoteo, cuando la pusieron en el disco-bar, hubo una especie de histeria colectiva. Se aunó la moda del momento, un ritmo pegadizo que invita a moverse y una buena melodía, muy original diría yo.

Desde que hace meses emergió como diva del panorama musical global, tengo bastante interés y curiosidad por el personaje. Para empezar, el nombre artístico -Lady Gaga- ya me fascinó desde el inicio. Original y rompedor. Su nombre real es Stefani Joanne Angelina Germanotta. Pues va y resulta que es una artista de verdad. Desde los 4 años toca el piano y ya desde joven se preparó a conciencia en la composición, la música y el baile. Tiene una cara nada convencional (lo cual me encanta), un físico envidiable para el baile y una voz privilegiada y muy trabajada. Además, es perversa, deshibida y creativa. Un filón en los tiempos que corren. Ha tenido la suerte de toparse con la élite de la edición y promoción musical neoyorkina, y ha sabido vender un producto fresco, innovador y abrumadoramente pegadizo. Y se ha comido el mundo.

Os adjunto dos documentos para defender mis tesis. El primero es una actuación suya en directo, piano en mano, sobre una canción llamada "Speachless". Brutal. Vaya voz y domino del escenario y del tempo. Vaya personalidad. Seguro que te sorprende.



El segundo es una versión de su canción "Bad Romance" por Lissie. Además que el grupo y la cantante son rematadamente buenos, puedes observar la calidad de la canción y sus registros, desprovistos de la parafernalia del video de Lady Gaga.



Para acabar, diré que ser un icono mundial puede destrozar a una persona. Su brutal éxito e influencia mundial no debe ser difícil de digerir para alguien tan joven. Ha tonteado con drogas como la heroína y en ocasiones ha mostrado signos de una alarmante vulneravilidad. No me extraña. Ojala sepa crecer en lo personal para digerir el universo de su éxito. Tan merecido como peligroso.