Vuelvo a una sección, inspirada en el gran Juanjo Millás, que consiste en comentar brevemente una foto de radiante actualidad.
Ya podeis imaginar la foto que he elegido esta semana. No podía ser otra. Reconozco que esta foto, que no describiré pues son protagonistas (Tito, Mou & The Observer) son conocidos por todos, me ha suscitado un sentimiento de flash-back. Me explicaré.
Desde un tiempo a esta parte, probablemente influido por la cantidad de lustros que pueblan mi biografía, tengo episodios de recuerdos de la infancia ante la visión de personas, fotos, videos e incluso olores. Rememorio vivencias de un amigo del parvulario, una pelea con mi hermano gemelo, una niña que me gustaba de cole, y cosas de este estilo.
Esta semana he tenido el último episodio de flash-back. Los últimos días mi retina ha sido bombardeada por susodicha foto, y claro está, mi circuito límbico ha sido activado de manera impecable, lo que me ha llevado a rememorar un episodio de mi más tierna niñez. Tenía yo sobre unos 5 años. Estaba en el parvulario Los Ángeles en Valencia, y la seño nos hizo una propuesta novedosa. Haremos un concurso de adivinanzas. Se trataba en organizarnos en parejas con los demás niños y hacer una especie de competición a ver quién tenía más tino acertando unas sencillas adivinanzas. Creo que fue el primer subidón competitivo de mi vida, que no el último. Para ser sincero, no me acuerdo del nombre de mi contrincante, pero eso es lo de menos. Lo que sí rememoro de manera diáfana es que el cabrito me venció de manera incontestable. Recuerdo que no di una y, que a pesar de mi ímprobo esfuerzo, el otro niño era claramente superior descifrando adivinanzas. Era la primera derrota oficial de mi vida, y vaya si me escoció. Mientras la seño decía en voz alta el nombre de los vencedores, un impulso primitivo, pueril, rudimentario y ridículo se apoderó de mi sistema nervioso. Extendí raudo mi mano derecha, erguí el dedo índice con un evidente tino, y lo dirigí sin compasión a tocar la córnea del ojo derecho de mi contrincante. A dicha burda maniobra sigió un llanto sonoro del niño, que lógicamente llamó la atención de la seño. Que te ha pasado, cariño ? preguntó al sollozante niño. Que Ramón me ha metido el dedo en el ojo !!! Por qué lo has hecho ? me espetó la atribulada profesora. Esto.....no me he dado cuenta, seño !!! respondí con cara embobada. No sabes que no tienes ya edad de hacer esas chorradas !! Eso lo hacen los niños más pequeños.....tú ya estás crecidito para estas tonterías.
Pues la seño tenía razón. Los niños de 5 años ya no suelen meter el dedo en el ojo de sus amigos cuando pierden o se enojan. Eso sólo lo hacen los bebés.
sábado, 20 de agosto de 2011
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2 comentarios:
Soy madridista y de Madrid, empiezo por aquí, pero viendo esta imagen me hace pensar que las personas debemos de llevar un "chip" en la cabeza y en algunos momentos se nos bloquea, apaga o que se yo, porque ¿como una persona adulta puede comportarse, no ya como un niño de 5 años, sino de menos? bueno pues a lo mejor habría que hacer un estudio científico...
jajajaja vaya ya apuntaba maneras Ramón con cinco años.... pero cada vez que te imagino de peque cabreado y con el dedo dirección al ojo de tu compañero de clase no puedo dejar de reir, seguro que pusiste la misma cara de niño indefenso que en el aeropuesto de Italia jajaja..
Un besito ^.^
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