viernes, 15 de junio de 2012

UN POCO DE ACTUALIDAD

1. LA DEMOCRACIA ES MÁS DIFÍCIL.
Qué difícil está siendo la transición democrática en Egipto. Ayer, el Tribunal Constitucional disolvió el parlamento y volvió a dar el poder a los militares, sólo 3 días antes de las elecciones. Tras décadas de nepotismo, dictaduras personalistas en las que se sometía e infantilizaba a la población, dotar a un país de los resortes, la cultura y las dinámicas propias de una democracia sana será una díficil tarea. Larga, sinuosa y con numerosas víctimas. No es de extrañar que en esta fase haya gente que añore la época pasada. Pero por fortuna el mundo avanza, las dictaduras poco a poco van cayendo, sin prisa pero sin pausa. Le deseo mucha suerte al pueblo egipcio. Estuve a punto de ir a un congreso justo antes de las revueltas. Ojalá un día pueda volver y el país se haya calmado.

2. CENTRALIDAD EMOCIONAL.
Creo que Del Bosque es un ejemplo evidente de este concepto que tantas veces he comentado en este blog. Su manera deportiva de encajar las críticas, que en el mundo del fútbol suelen ser foribundas, es todo un ejemplo. No suele tampoco exaltarse ante las victorias, siempre con un tono comedido y sereno. En un país como el nuestro, tener un entrenador tan sano mentalmente es todo un lujo.

3. ACTIVOS TÓXICOS.
No me es posible eludir lo de la sempiterna crisis. Como probablemente muchos de vosotros, todavía sigo indignado con la impunidad que tienes los especuladores financieros para lucrarse. Saben especular al límite de la ley, cubrirse las espaldas, para jugar con el riesgo ajeno, que no el propio. Por suerte, en el siglo XXI la mayoría de países ya no tenemos que luchar contra el fascismo ni contra el comunismo, las dos grandes lacras del siglo XX. Eso parece superado para siempre. La sociedad, al menos la europea, tiene ahora un capitalismo democrático, con una cobertura social en las esferas claves del individuo como la educación o la sanidad. Pero ya vemos que algo ha fallado y que este sistema está en un grave riesgo. La cuestión está en los límites. Todo ser humano, desde su tierna infancia, necesita límites. Los límites ayudan a no tener tentaciones de abuso contra los demás. Y en las altas finanzas los límites no han sido eficaces. Los paraísos fiscales, la especulación generalizada y la abusiva gestión de los políticos han puesto en solfa el sistema. Hay que dotar al sistema de leyes que limiten estas practicas perniciosas. Dicen que los bancos españoles están repletos de activos tóxicos. Es un eufemismo para describir a operaciones financieras inmobiliarias basadas en la más pura especulación, con un riesgo excesivo. Pues bien, como médico gastroenterólogo, propongo aplicar conceptos básicos de salud pública para evitar ingerir productos tóxicos. Los productos has de estar esterilizados y bien etiquetados y  las empresas alimentarias y los restaurantes han de pasar controles de higiene y de salubridad. Ya sabemos que la ley es estricta en este campo, como debe ser. Si se descubre que una empresa no sigue los protocolos de seguridad alimentaria, se cerraría por parte de Sanidad, y a la gente le parecería bien. Así, si los productos están elaborados con cuidado y con transparencia, se almacenan y sirven correctamente, las posibilidades de tener una gastroenteritis por una intoxicación alimentaria son muy bajas. Pero qué pasaría si los productos están turbiamente elaborados, que las empresas incluyen productos caducados para lucrarse, que los mantienen en neveras defectuosas y te los sirven etiquetados con mentiras para cubrir su especulación y además le dan un nombre suntuoso para engañar al cliente ? Pues que la intoxicación alimentaria sería masiva. Pues así ha pasado con los bancos. Hipotecas impagables, vendidas en paquetes turbios a los que se les dio nombres que encubrían su mala calidad. Los bancos se han lucrado a base de vender estas hipotecas basura. Y han arruinado al país. Pero no pasa nada, las sociedades necesitan de ellos, y les rescatamos con miles de millones. Pero de cambiar las leyes para prevenir intoxicaciones futuras, poco he oido. Y de responsabilidades de los especuladores, menos todavía. Como médico, cuendo veo a un enfermo con un problema grave y recurrente, intento curar el episodio agudo, pero a la vez analizo las causas y establezco acciones para prevenir nuevas crisis. El famoso rescate puede apagar un fuego momentáneo, pero quién establece nuevas dinámicas para este desaguisado no vuelva a suceder ?

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