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La semana pasada vi la película “El Soplón” (The informant). Trata de un hombre de negocios un tanto peculiar, magistralmente interpretado por Matt Demon, que decide denunciar un caso de corrupción masiva por parte de compañías alimentarias para fijar los precios del mercado y así aumentar los precios. La película es irregular en su devenir y con algún momento insulso, pero en general muestra bien el mundo de los negocios y su voracidad por la ganancia económica. Tras ver la peli, me puse a pensar en un tema apasionante, que me ha interesado desde niño: LA CORRUPCIÓN. Es un tema que comprende diversas vertientes del ser humano que siempre han sido objeto de mi curiosidad: la educación, la cultura, la psicología, la ética y la estética. La tendencia humana a la corrupción está muy infuenciada por el entorno familiar, por los cánones culturales y sociales de la comunidad (por ejemplo, si hablamos de la corrupción, no es lo mismo vivir en Nápoles que en Helsinki), la psicología y ambición de la persona en particular, sus parámetros éticos y la capacidad innata que tienen ciertos individuos para disimular la realidad.
Analizaré 2 casos de actualidad que son ejemplos variopintos de la corrupción humana. Aunque la mayoría de los casos de corrupción siempre comparten mecanismos comunes (uso abusivo del poder, deficientes mecanismos de control, sumisión o debilidad de los compañeros para denunciar los casos, connivencia y pasividad del entorno, negación sistemática de los hechos aunque sean evidentes por parte del corrupto, denuncia de persecución de los denunciantes, etc…..), cada uno de estos 2 casos nos enseña alguna lección. Me explicaré:
Caso #1: Componente valenciano de la trama “Gürtel”: Francisco Camps y Ricardo Costa. Como valenciano, es un tema que he seguido con curiosidad y, por qué no decirlo, con cierto estupor. Es bien sabido por todos que en dos de las Comunidades con mayoría absoluta del PP (Madrid y Valencia), una trama de empresarios corruptos hizo pingües beneficios a costa de ventajas en ajudicaciones de temas relacionado con eventos y co
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Caso #2: Expolio del Palau de la Música por Félix Millet. Adoro el Palau de la Música. Este templo modernista es un escenario óptimo para disfutar de la música en toda su amplitud. Allí he escuchado a Pablo Milanés y Pedro Guerra, entre otros. Los últimos años han sido muy activos en el Palau, tanto desde el punto de vista de renovación arquitectónica como de oferta musical. Admiro también la sociedad civil catalana por su dinamismo y capacidad de movilización ciudadana. El uso razonable de la identidad nacional es muy positivo para Catalunya, en mi opinión. Aúna y cohesiona a la sociedad y la estimula para progresar social y culturalmente. Como cualquier escenario, también puede ser utilizado por los listillos para su provecho personal. Y vaya si el Sr. Millet lo hizo !! Este domingo pasado en el Periódico de Catalunya, el medio más activo en este caso, repasaba de forma exhaustiva la biografía del Sr. Millet y los intringulis del caso. Empezé a entender el caso de una manea diáfana. Resulta que el tipo en cuestión se movía como pez en el agua desde hace muchos años en la élite cultural y empresarial catalana. Con un aura de emprendedor cultural catalanista, consiguó dos objetivos claves para poder perpetrar su expolio: atraer a mecenas de la b
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Para ir acabando, quiero comentar brevemente dos aspectos más de este caso. Por una parte, se ha sabido que su hija dirigía una serie de empresas tapadera que blanqueaban el dinero que robaba su padre. Mira por donde, siento empatía por esta chica. Qué triste es que la influencia de tu padre te convierta en una corrupta profesional. En mis 43 años de vida, nunca he sido consciente que mis padres hayan mentido o robado en su vida. Más aún, no han utilizado sus recursos personales para enriquecerse y han impregnado siempre a sus hijos el sentido de la sobriedad y de la solidaridad. En mi casa nunca se ha hablado de cosas materiales. No se les ha dado valor. Así no tiene gran mérito no ser corrupto, digo yo. Sinceramente, creo que soy menos íntegro que mis padres. En el caso de la hija del Sr. Millet, es muy posible que con otra influencia familiar hubiese sido una honrada funcionaria, veterinaria o maestra de escuela. Por tanto, considero atenuante sus circustancias familiares.
El otro aspecto que quería considerar que al Sr. Millet, gracias a su pericia en moverse en círculos relevantes catalanistas, le fue concedida la Creu de Sant Jordi, que es la más alta distinción que en Catalunya se da a las personas que la sirven. Yo aplicaría lo que hicieron cob Ben Jonhson cuando supieron que se había dopado: retirarle la medalla. O no es esto un caso de doping evidente ?
1 comentario:
Felicidades por el comentario. Un gran texto (tanto este sobre la corrupción como el anterior sobre Briatore), con un analisis muy ponderado de los motivos que permiten la existencia de corrupción en nuestra sociedad, y nuestra incapacidad de reaccionar ante los abusos de poder de todos aquellos que se hallan en una posición dominante respecto a la nuestra.
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