La Toscana me aportó tranquilidad, melancolía, paz y serenidad. Encarna el color marrón en su máxima expresión (ver fotos de esos días).
Roma me aportó colores y descolores, pinturas, arte, luz, calles y puentes fastuosos, romanticismo y sorpresas para la retina de manera constante.
Una anécdota el final del viaje resume de manera magistral la idiosincrasia de este país único. Iba conduciendo hacie el aeropuerto de Roma por una autopista repleta de vehículos. Conducir en Roma es una oda al caos y a la ley de la selv

Mientras devolvía el coche alquilado en el aeropuerto, me preguntaba qué sería de Italia si además de su arte y genialidad tuviera más sentido de la disciplina y el orden.....vaya país, me decía.
Pero un par de detalles humanos en el aeropuerto me demostraron que, para lo bueno y para lo malo, Italia es diferente. Al pasar la seguridad, detectaro

Tras proseguir mi camino en el aeropuerto, me dispuse a ingerir el último panino italiano, una amenaza para mi deteriorada silueta. Llegué al típico mostrador de bareto de aeropuerto y elegí el último panino de mortadela, un manjar que no suelo perdonar. Para mi desgracia, la mortadela yacía seca y aburrida rodeada de un pan salado y deshidratado. Qué bien le iría un poco de tomatito y queso fundido, espeté a la camarera en mi italiano macarrónico.....tras mirar a la señora con dulzura, la señora me miró y dijo.....eso lo arreglo yo en un santiamén. Ni corta ni perezosa, cortó unas rodajas de un excelso tomate, colocó un trozo de queso de cabra y fundió el resultado final con tino y mesura. Bueno, ya lo tienes, y por el mismo precio, me dijo con evidente muestras de felicidad.
Y me fui comiendo un genial panino haciéndole la ola a la señora, a la policía, y a este maravilloso país que es capaz, dentro de su caos, de encontar lugar para la flexibilidad, los detalles y la generosidad.
Os imaginais al camarero del Aeropuerto del Prat teniendo un detalle con vosotros y haciéndoos un bocata a medida por el mismo precio ? Yo no. Esas cosas sólo pasan en Italia.
1 comentario:
Jajajajajaja...vaya potra que has tenído... porque no me imagino para nada que una camarera (te sirva el bocata a tu gusto) y un guardia de la aduana (te deje pasar la botella de vinagre de Módena) estas cosas sólo pueden ocurrir en ese país.
Seguro que los moteros al verte girar con el coche a la velocidad de la luz debieron de darle recuerdos a tus ancestros ^.^
lol lol lol
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