Hoy me despido tras más de 20 años de la visita de los pacientes más graves a los que suelo tratar en mi hospital: los pacientes ingresados. Seré breve pues mis sentimientos son claros.
No existe mejor retribución interna que cuando uno ayuda a curar una enfermedad o al menos alivia el sufrimiento ajeno. Nada. Considero un lujo dedicarme a estudiar, investigar y tratar a los enfermos. Aunque en ocasiones es sacrificado, me considero un afortunado.
No encuentro una mejor motivación para la vida. Cada uno necesita su Amor Particular. Yo sin duda ya tengo el mío.
viernes, 29 de julio de 2011
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2 comentarios:
Que bello y emotivo post has publicado Ramón, son en estos momentos cuando tu lado más sincero, espontaneo y tierno surge de tu interior dejando fluir tus pensamientos y es normal, porque eres un hombre maravilloso porque sabes ejercer todas las facetas de la vida con brillantez y dejas una gran huella allí donde vas... tus amigos,familia y compañeros de profesión son una buena muestra del cariño, respeto y admiración que te demostramos... simplemente eres "GENIAL" y me siento orgullosa y feliz. ^.^
GRACIAS POR SER PARTE DE MI VIDA...!!! ^.^
Ramón demuestras ser una persona con gran sensibilidad. También yo voy a dejar a mis pacientes por cuestión de traslado y para mas inri mi compañero del alma,mi enfermero falleció hace pocos días. Estoy abatida. Tus palabras me ayudaran a seguir, pues estoy de acuerdo ejercemos la profesion más digna del mundo.Vn abrazo. Pilar
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