La naturaleza es hermosa e implacable a la vez. Somos, queramos o no, sólo una pequeña parte de ella. Es paradójico que días después de sentir sus garras más crueles, he podido disfrutar recientemente de todo su esplendor. Aquí teneis 3 pequeñas pruebas.
Un día salimos de ella y un día volveremos. Seguro. Mientras tanto, disfrutemos del regalo que es la vida, de sus sorpresas, sus detalles....y cuidemos lo más posible la naturaleza, empezando por el sagrado templo que somos nosotros mismos.
lunes, 14 de noviembre de 2011
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2 comentarios:
Y además ese templo sagrado al que te refieres, solo es uno, para toda la vida....hay que saberlo cuidar en cuerpo y alma.
Hermosas fotos de otoño, precioso tono ocre.
Recibe mis saludos.
Hola Ramón...!!! ¿nos regalaras más fotos otoñales como estas? realmente son preciosas...
Un fuerte abrazo ^.^
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