viernes, 1 de marzo de 2013

Sobre el pastor y el líder

Estos días, quizás influenciado por la marcha del Papa, estoy pensando en ciertos aspectos de lo que significa ser un lider y tener o responsabilidad sobre un grupo humano. La carga ética y estética que ello conlleva. He sido responsable de grupos humanos relativamente pequeños (6-8 personas), y es posible que a medio plazo un día lo sea de grupos mayores. Y es un tema que me tomo muy en serio.

Imaginaos ser el responsable o el pastor de la Iglesia con más de mil millones de fieles y de un Estado. Una grandísima responsabilidad y sin duda un reto mayúsculo.

He de reconocer que me ha inspirado mucho no sólo la marcha de Benedicto XVI, sino el estilo y contenido de su nota y sus reflexiones posteriores.

Hay dos enseñanzas que saco de su ejemplo y sus reflexiones:
  • Que ser el lider de un grupo humano es un compromiso ético y que se requiere de energía para conducir a tu gente a buen puerto.
  • Que el poder no sólo es una cuestión de luchas fácticas de grupos sino de objetivos comunes y que la baja política a la larga desgasta las instituciones. La guerra de egos y de personalismos o intereses pequeños no debe prevalecer sobre la misión global de una institución. Por ello, se ha de "despolitizar" la elección del nuevo pastor. En mi visión particular, ha sido muy claro el Papa en este aspecto.
He de reconocer que hace años, cuando me planteé si un día sería responsable de un grupo humano, no me vi preparado. Mi principal problema era emocional. Me uno tanto a la gente, que pensé que sería incapaz de tomar decisiones duras.

Pero poco a poco fui aprendiendo, y me di cuenta que hay dos cosas que enganchan a la gente, y que son la clave del liderazgo:
  • ECUANIMIDAD
  • TRANSPARENCIA
Esas son las dos armas infalibles para poder ser un buen líder. Los líderes subóptimos que he conocido eran poco ecuánimes y tenían alergia a la transparencia. Y su resultado real, el de hacer crecer y progresar al grupo, fue claramente insatisfactorio. Además, es muy gratificante saber que has obrado con ecuanimidad, y no por debilidad, envidia o miedo. Es un subidón cuando logras la confianza de tu gente.

Al fin y al cabo, reconocer que no tienes energías para poder ser un buen pastor y decirlo como lo ha dicho el Papa me parece una oda a la ecuanimidad y la transparencia.

Por eso, y es sólo una opinión personal, este ejemplo será el mejor legado de Benedicto XVI en la historia.

1 comentario:

Estela dijo...

Que quieres que te diga?.... a mi personalmente me gustaba mucho este papa...y obvio que su salida es a causa de las muchas cosas que ha visto y que no le han gustado nada...