viernes, 2 de septiembre de 2011

Superar la adversidad

Estos días, en el Campeonato Mundial de Atletismo de Corea, hemos asistido a un hecho insólito en el deporte profesional al más alto nivel: que un atleta con las dos piernas amputadas compita con los mejores atletas del mundo.

La historia de Oscar Pistorius es bien conocida. Amputado de las dos piernas desde pequeño, ya dicen las crónicas que esta limitación física nunca fue una "minusvalía" en su caso: no valía menos, ni se valoraba menos que los demás. Si analizamos la foto de cuando era
niño, yo creo que la expresión de su cara avala esta aseveración.

Lo que más me gusta de este tipo es que luchó durante varios contra la Federación Mundial de Atletismo para que le aceptaran competir, y al final lo consiguió. Es un buen ejemplo de que la gente tenaz abre caminos, y que el tener limitaciones te entrena de alguna manera a no rendirte.

En sus entrevistas y fotos, he podido constatar que el tío no va de víctima ni intenta generar compasión. Simplemente quiere respeto. El mismo que siento yo cuando le veo llegar a la meta, tras producir montones de ácido láctico durante 400 metros, con unas moles que corren como máquinas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Clap, clap, clap... Chapeau por Pistorius y por este post!

Josep Maria

Estela dijo...

Siempre he dicho que las limitaciones y barreras son las que se crean en la mente.... el que quiere puede y si no puede lo intenta y lo vuelve a intentar pero no desiste... ^.^

Un beso.

Estela dijo...

Las limitaciones más graves son aquellas que tú mismo se fija y esto es un claro ejemplo de superación personal... un beso Ramón ^.^