jueves, 17 de junio de 2010

Con dos

Hace unos días, un video ha dado la vuelta al mundo. Se trata de un torero mexicano, Christian Hernández, que en una de las plazas más imperiales del mundo, la Monumental de México, puso pies en polvorosa ante la embestida del toro, corrió despavorido a la barrera, la saltó con una agilidad asombrosa y, ya con mayor dosis de templanza y sosiego, anduvo por el pasillo interno con claros signos de haber tomado la decisión más sabia de su vida: no seguir jugándose la vida en un espectáculo de carácter lúdico ante una bestia de 500 kgs adornado con unos afilados cuernos.

Lo que me ha llamado más la atención no es la huida en sí, sino las palabras posteriores del ya ex-torero. Sin ambages, certificó que no habia tenido "huevos" para enfrentarse a una bestia así y que eso del toreo no iba con él. Con dos.

Mi reflexión es simple. Ya sabeis lo que opino de los toros por un post anterior de este blog. Por lo cual, no me repetiré. Que en un mundo tan genital e irracional como el toreo alguien tome una actitud sobrada de sentido común, prudencia y realismo como huir de un animal peligroso me parece encomiable. No habrías hecho tú lo mismo, querido lector ? Que además, en vez de avergonzarse o arrepentirse de su actitud la explique de una forma clara, valiente y sincera, ya me parece la leche. Parece que el chaval, de 22 años, ya había sufrido dos cornadas cercanas a su zona perineal los meses anteriores, lo que había hecho encender las alarmas de su sentido de supervivencia. Además, el chaval está de buen ver, lo que sin duda aumenta las posibilidades de que en su biografía necesite realizar buenas faenas con sus partes nobles, que para eso están.....

En fin, un crack en mi opinión. Me encanta las personas que no hacen siempre lo que la gente espera de ellos, sino que en ocasiones eligen hacer lo que creen que es pertinente, sin ser esclavos del qué dirán. "Esto no es lo mio y basta", declaró el torero. Con dos.

1 comentario:

Estela dijo...

El torero es el último escollo de la humanidad sin civilizar porque cuando la muerte, aunque sea la de un animal, resulta tan divertida para alguien, estamos renunciando sencillamente a una de las mejores facetas de lo humano, LA PIEDAD...

Un saludo ^.^