La segunda reflexión es que la vida moderna nos lleva a la falta de imaginación. Con una dosis razonable de imaginación podemos descubrir detalles aparentemente imperceptibles que pueden ser fuente de satisfacción. Os pondré un ejemplo. Hace unos años me quedé mirando a unos muñecos de mi sobrina R
achel y me puse a jugar con ellos como un niño. Cuando me dí cuenta me dio como verguenza. Les saqué una foto, y años después, mirándola, me he dado cuenta que no tenía de qué avergonzarme. Realmente estaban vivos y eran muy expresivos, incluso más que algunas personas que conozco. Si os parece una horterada, simplemente mirad la foto y os convencereis de que no lo es.


1 comentario:
Para continuar con tu interesante reflexión sobre el insospechado valor que puede emerger de la contrariedad, del dolor y de las limitaciones, propongo ver este video de Tony Melendez, también cantante y guitarrista.
http://es.youtube.com/watch?v=klvsmXColzQ
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